Los pasaportes en México se volvieron mucho más simples este año

Desde enero de 2025 la SRE activó cambios que nadie anunció con tambores ni platillos, pero que cualquiera que haya pisado una delegación en los últimos meses ya notó. El trámite ordinario de diez años ahora se resuelve el mismo día en más de treinta oficinas del país si llegas antes del mediodía y hay libretas en bodega. No es publicidad: en Monterrey Norte, Guadalajara Chapalita y varias delegaciones de la Ciudad de México están entregando pasaportes en menos de cuarenta minutos desde que entras por la puerta.

Lo que realmente cambió fue la eliminación de pasos inútiles. Ya no piden comprobante de domicilio para renovación ni CURP impreso. El sistema biométrico lee tu huella, levanta tus datos del RENAPO y te manda directo a la cabina de fotografía nueva que instalaron en todas las oficinas grandes. La máquina ajusta fondo, luz y tamaño; el funcionario solo verifica que abras bien los ojos. Quienes llegan con todo pagado en línea saltan la fila de caja y terminan antes de que se les enfríe el café.

Para los pasaportes de tres y seis años el proceso también se acortó, pero la diferencia más grande está en la vigencia larga. El gobierno federal mandó un lote extra de libretas después de que se quedaron sin existencias en 2024 y la orden interna es clara: entregar en el momento siempre que sea posible. En pruebas hechas en noviembre, gente en Querétaro y Puebla salió con su pasaporte nuevo antes de la una de la tarde sin cita especial ni gestores.

El cambio no es perfecto. Todavía hay delegaciones pequeñas que trabajan con el sistema viejo y algunas tardan dos o tres días, pero la tendencia es evidente. México pasó de ser el país de las citas a cuatro meses a uno donde, en la mayoría de las ciudades grandes, sacar o renovar pasaporte ya no arruina tu semana. Bastó con quitar requisitos absurdos y poner máquinas que hacen el trabajo que antes hacía una persona en tres ventanillas distintas.