Los extranjeros que ya llevan años en México desarrollaron sus propias rutas para renovar su pasaporte de origen sin perder semanas. La favorita es aprovechar viajes cortos a su país: casi todas las embajadas procesan renovaciones en 48-72 horas cuando estás físicamente allá. Un vuelo de fin de semana a Los Ángeles, Miami o Madrid suele salir más barato que pagar el trámite exprés en México.
Cuando no pueden viajar, la segunda opción son los consulados itinerantes. Canadá, Alemania, España y varios países europeos mandan funcionarios a ciudades mexicanas grandes tres o cuatro veces al año. Publican las fechas con meses de anticipación y las citas se llenan rápido, pero quien las agarra sale con pasaporte nuevo en la mano ese mismo día.
El tercer truco es renovar con antelación. La mayoría de los países aceptan renovación hasta doce meses antes del vencimiento y entregan el documento nuevo con vigencia completa desde la fecha de expedición. Así evitas los costos de urgencia y el estrés de quedarte sin pasaporte válido mientras esperas.
El último dato práctico es usar los consulados pequeños. El consulado de Francia en Guadalajara o el de Italia en Monterrey tienen listas de espera de días en lugar de meses. Mucha gente sigue pensando que solo la Ciudad de México tiene servicio rápido y se pierde estas opciones que están a unas horas de vuelo interno.

